La única religión sin ateos.

19.07.2020

Hace algunas semanas se celebró un año desde que la selección peruana de Fútbol había llegado a la final de una Copa América, y yo, por indiferencia no le tomaba importancia a la triste derrota que nos llevamos esa fecha. Pero ahora pienso de forma distinta, creo que uno no tiene que buscarle  una racionalidad a este deporte, porque no es que uno busca al fútbol , ni tampoco que el fútbol te busque a ti, mas bien que un equipo lo haga.

Alguna vez escuché, en algún sitio que ya no recuerdo, la idea moral del saber, o sea, la de que si algo debería estar por encima de otra cosa, generalmente popular, digamos, el fútbol. Se ha dicho de este deporte por ejemplo, que es lo más importante dentro de lo menos importante. El fútbol como tal tiene una historia bastante lejana, se practicaba de formas distintas, nació en Inglaterra, y el primer partido fue entre ingleses y escoceses. Sin embargo hay algo que no se cuadra en tantas mentes cultas sobre el deporte y es que ¿Por qué desata tantas pasiones? ¿No es acaso un simple ejercicio de seguir la pelota y tratar de meter el balón en el arco contrario? Supongo que dicho de esa manera es mucho más fácil.

Muchos han crecido con la idea del fútbol de su padre, generalmente estos tienen una pasión que la pasan a sus hijos por generaciones, diciéndoles que sean hinchas de los equipos que ellos y sus abuelos también fueron hinchas. El paso del tiempo le ha dado esa inmortalidad del deporte, jugadores de la historia como Pelé, Maradona, Cruyf, Ronaldinho, etc., han sido siempre el ejemplo de superación de las personas que miran el deporte de una manera apasionante. Sin embargo, yo no tuve esa oportunidad, mi padre no es un apasionado del fútbol y como tal yo descubrí el gusto cuando tenía once años, viendo como Messi metía tres goles en una partido contra Costa Rica, y como Muslera le tapaba penales a los Argentinos, fue cuando yo decidí ser también jugador (en teoría) porque al final fui arquero (que es más sacrificado todavía)

Sin embargo a eso no se unió la idea desprendida de la moral del saber, siempre ante el futbol, tenía que imperar, el conocimiento, ya sea por mandato de mis padres o por la limitación de mis profesores, después de todo, a mí no me afectaba tanto, yo era arquero, ser arquero eta infravalorado en este país. Asumí entonces mi emoción al fútbol, como todo joven empieza y muy pocas veces no termina, sufrí con la selección peruana las eliminatorias al mundial Brasil 2014, también sufrí con la copa américa 2015, también sufrí que uno de mis jugadores favoritos, que era Messi, no ganara el mundial de fútbol, incluso ese mismo día que era mi cumpleaños. Sufrí con la selección lo que todo hincha sufre, y es ahí, donde uno empieza a recordar que ve las cosas del pasado y siente también lo mismo. De la región donde nací un equipo provinciano allá por el 2003 había salido campeón de una copa internacional, algo que ni los equipos más "grandes" del Perú habían logrado. Fue ahí mi primera emoción.

La segunda que recuerdo fue uno de los partidos más gratificantes que vi, un Real Madrid vs Barcelona del año 2017, seguramente muchos de los amantes del fútbol recuerden la famosa imagen de Messi mostrando la camiseta a los hinchas del equipo contrario, haciéndose ganar una sanción de tarjeta amarilla, seguramente también muchos recuerden que ese día le sacaron una roja a Sergio Ramos, Capitán del Real Madrid, y seguramente que le cortaron el labio a Messi que estuvo sangrando por unos minutos. Todo esto es nomas el contexto que acompañó aquel grandioso partido en donde Messi, metió el gol a último minuto dándole la victoria. Pero no solo por eso tampoco, sino que el partido fue una emocionante carrera contra los nervios. Uno de los mejores partidos que vi.

El tercero fue meses después, cuando la selección de Perú jugó un partido de clasificación al mundial de Rusia frente a Nueva Zelanda, supongo que ese recuerdo para la mayoría habría sido ese recuerdo lleno de pasión e historia, hasta el cansancio he leído yo testimonios de como pasaron los días posteriores y ese mismo día, cuando le ganamos dos a cero y volvimos a un mundial después de largos (aunque no míos pero tampoco ajenos) 36 años. Uno de los partidos que más recuerdo.

Pero si tuviera que ponerme en línea contraria a los intelectuales, o los puristas, tendría que recordar el partido que Boca Juniors le ganó a Gimnasia Esgrima La Plata que dirigía Diego Armando Maradona. El partido fue en 2020, el líder del torneo argentino era River Plate, clásico rival, y estaba arriba de Boca por un punto solamente, y ese partido de la última fecha se jugaba en simultáneo. Yo quería que ganase Boca, me gustaba ese equipo, solo los seguía y no había nada más en la televisión. El partido empezó, el narrador estaba consciente de que tenía esa responsabilidad, River Plate jugaba con Atlético Tucumán de visitante y empezaron perdiendo, luego lo empataron faltando pocos minutos para que acabe el primer tiempo. ¿Y Boca? Nada todavía, ni un solo balón entraba. Pero en uno de esos minutos, el 27 creo que ya ni me acuerdo, Carlos Tevez metió el único gol del partido, que le dio el título a Boca Junior, quitándosela a River Plate de las manos y haciendo de ese final un espectáculo de paro cardiaco. La emoción fue tremenda, asumí por fin ese rol de hincha, creo que no descubro nada diciendo que la mejor hinchada del mundo es la Argentina y uno, aun no siendo argentino puede contagiarse de esa pasión. Podría haberse dicho que River les ganó una final de la Copa Libertadores, podría decirse que Boca jamás descendió a la segunda división, en los dos casos es una etapa dolorosa y triste, pero solo confirma esa mutua rivalidad perpetua que se tienen, que nos hacen sentir el fútbol de otra manera, yo no sé si valga la pena ya decir ahora a Borges que el fútbol es popular y que la estupidez es popular, y que popularmente se le reconoce esto al futbol, la pasión, podría decirse que uno llora cuando Bolt ganó su medalla Olímpica, podría decirse que nos pasó cuando Lebron James ganó el único anillo para los Cavaliers, podría decirse cuando Cienciano ganó la Sudamericana en 2003.

No por nada Nabokov escribía sobre futbol, no por nada Camus fue arquero como yo, no por nada Abelardo Sánchez León tiene un libro de crónicas sobre el futbol, no por nada Vargas Llosa también es hincha de este deporte, no por nada Martin Caparros tiene un libro entero de Boca Juniors. Me van a tener que disculpar, pero la razón se deja de lado en el deporte, y el futbol sigue siendo esa religión que no tiene ateos. Como dice Galeano.

-Dany Chirme-

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